25 de octubre de 2009

OTOÑO DE CONVALECENCIA (II). LECTURAS

Tenía pendiente, también, escribir sobre las lecturas de este verano pasado.

Me costó arrancar. Tenía un par de libros empezados que no me enganchaban (no diré cuáles porque otra entrada que tengo pendiente es la de los libros que no he podido terminar) y llevaba un tiempo de sequía lectora.

Hasta que cayó en mis manos Rabos de lagartija de Juan Marsé.

Es un placer leer a Juan Marsé. Es uno de esos escritores que tiene un excelente dominio del lenguaje y que cuenta historias aparentemente anodinas (como la de este libro, sin ir más lejos), pero manteniendo tu atención en vilo. Tiene un original recurso narrativo y, al final del libro, no se sabe qué ha pasado realmente y qué está solamente en la imaginación del protagonista.

No he leído todo de Marsé. Últimas tardes con Teresa fue lo primero, siendo adolescente y me impactó (hasta me hizo beber cubalibres, que nunca me han gustado). Luego, años más tarde, pasaron por mis manos La oscura historia de la prima Montse y Ronda del Guinardó. Todas me gustaron. El único pero a mi manera de ver es que no sale del Guinardó, pero hay escritores que se encasillan de mucha peor manera.

Por ejemplo, la autora del siguiente libro que leí, El libro de los muertos de Patricia Cornwell.

Sigo leyendo a Patricia Cornwell en consideración a los buenísimos ratos que me hicieron pasar las primeras novelas de la doctora Scarpetta, pero la verdad es que ya no están a la altura ni de lejos. Los argumentos son cada vez más retorcidos e increíbles. Los protagonistas, cada vez más cargantes y dislocados. en especial la insoportable Lucy (que además pasa por ser el alter ego de Cornwell), pero la propia Scarpetta no se queda muy atrás. Ni siquiera Marino, el que resultaba más humano de todos, se libra y se convierte en esta entrega en un tipo repulsivo. Está bien, lo sabemos, Lucy es un genio y es la más lista y sabe de todo. La informática no tiene secretos para ella, pero tampoco las armas, los laboratorios, los helicópteros, las motos, los coches ni la dieta macrobiótica. La doctora es la mejor en su campo, aunque desde el primer libro no la hemos visto hacer ni un curso de reciclaje, pero aun así está más al día de todo que nadie, y además tiene tiempo para ser una excelente cocinera, una experta en vinos, comprarse una ropa estupenda y seguir siendo una mujer atractivísima a la que todos los hombres miran con deseo (aunque debe tener ya cerca de sesenta y jamás se le ha visto preocuparse lo más mínimo por su aspecto). Todo eso sería soportable (ya lo hemos soportado en otras novelas), pero es que ahora, además, todo se vuelve muy global: cualquier cosa que pasa sale en las noticias de todo el mundo, los blogueros más leídos dedican páginas a la doctora Scarpetta y las estrellas mediáticas hablan de ella, hay hackers que se molestan en buscar la historia médica de Lucy y colgarla en la red y sus empleados la leen inmediatamente. Más de lo que se puede soportar. Lo acabé. Hasta lo leí con interés, pero me lo pensaré antes de comprar el siguiente, si es que Cornwell no se da cuenta antes de que su gallina de los huevos de oro está más que moribunda.

Así que cambié de tercio totalmente y leí una novelita que me dejaron de Nuria Roca. Sí, sí, la presentadora de televisión. La novela se llama Los caracoles no saben que son caracoles y es, al parecer, su primera novela después de publicar un libro de relatos cortos y fue escrita por encargo.

Una novela entretenida, y escrita con gracia. Pero lo más curioso de todo es que la novela no tiene tema. Se cuenta una historia, sí, y hay un comienzo y un final que coinciden con dos momentos importantes en la vida de la protagonista. Pero lo que pasa entre uno y otro tiene muy poco sentido y ninguna conclusión. Es el buenismo. Viene a ser algo así como “sé tú misma y al final todo sale bien y nos queremos mucho todos”. Gilipolleces. Novela de usar y tirar.

Luego le di a dos novelas de Isabel San Sebastián: La visigoda y Astur. Las leí en ese orden, que es también el de publicación, aunque la historia del segundo es la precuela de la del primer

libro. Son libros originales por el momento histórico que describen, los inicios de la reconquista en el embrionario reino de Asturias. La visigoda es la historia de Alana, una joven de familia de la baja nobleza rural, que es secuestrada y llevada a Córdoba como parte del tributo que el rey cristiano pagaba al rey moro. Luego, tras varias peripecias se casa con uno de los caballeros del rey Alfonso. Está escrito en primera persona y resulta interesante, aunque tiene un estilo un tanto prolijo (me temo que parecido ¡ay! al mío) que lo hace un poco árido de leer. Además, seguramente porque la historia fue así dado que la novela está primorosamente documentada, resulta lento el desarrollo de la trama. Tantas batallas y tantos saqueos para apenas avanzar unos palmos en la tierra conquistada, perdida y recuperada varias veces. Asesinatos e intrigas sucesorias en ambos bandos. Periodos de tregua y alianzas y traiciones y, por encima de todo, la guerra. La guerra omnipresente, agazapada, asfixiante, amenazante, que puede venir en cualquier momento y de cualquier parte. La guerra sin reglas ni piedad.

Me gustó más Astur. Cuenta la historia de Huma e Ickila, los padres de Alana, la heredera e un castro astur y un noble visigodo. La historia transcurre, claro, unos treinta o cuarenta años antes que la otra. Está escrita en tercera persona, esta vez, y lo mejor es la descripción de la vida en el antiguo pueblo astur (nada agradable, como se puede imaginar) y las costumbres y usos sociales que tenían, en particular el papel de las mujeres en la sociedad. La historia en este caso también da muchas vueltas y le cuesta avanzar por momentos, pero al estar dividida en dos planos resulta más amena.

Estas son las primeras novelas de Isabel San Sebastián y realmente creo que le espera un buen futuro como novelista, aunque debe pulir un poco su estilo para hacerlo más ligero.

Después ya empecé La virtud del egoísmo de Ayn Rand, pero ya se sabe que yo a esta autora le dedico entradas individuales, así que, guardo el comentario para la próxima.

20 de octubre de 2009

OTOÑO DE CONVALECENCIA (I). ANTIABORTISMO


Por hacer cosas inadecuadas a mi edad, me veo como el Lute en “Camina o revienta”. Así que voy a procurar no perder el tiempo miserablemente y adelantar algunas cuestiones pendientes. Entre otras, publicar cosas que quería escribir en el blog.

Lo primero, lo importante. No pude estar en la manifestación provida del día 17 por mi accidente, y bien que lo lamenté.

Ya he expresado mi opinión sobre el aborto, pero me parece conveniente añadir nuevas matizaciones.

Me da mucha rabia que se asocie la posición antiabortista a posturas ideológicas y, sobre todo, religiosas, cuando me resulta simplemente una cuestión biológica (¿en qué momento empieza la vida humana?) y filosófica (¿es respetable la vida humana en toda circunstancia?).

Hoy hablaba con pollito sobre el asunto y me daba dos claves de la cuestión. Una: ella piensa que es inútil enseñar ecografías o modelos de fetos de catorce semanas a los abortistas. El razonamiento de las Aídos no es “como no es un ser humano, puede abortarse”, sino “como debe poder abortarse, eso no puede ser un ser humano”. Dicho sea de paso, yo no estoy muy de acuerdo en esa estrategia “sentimental”: cuando algo es humano, es humano, aunque parezca un gusano. Se abortan fetos y embriones y no bebés. Se defiende la vida del embrión aunque no tenga ojos o no sonría. No puede asociarse el derecho a la vida a ser “mono”. A ver si va a tener menos derecho a la vida el Fary que Brad Pitt.

Dos: Según me dijo, oyó unas declaraciones del representante de las clínicas abortistas “El aborto libre es imprescindible para la sexualidad libre”. Siempre había creído que la libertad incluía la responsabilidad por las propias acciones, pero se ve que ya no es así. La gente es capaz de ver bueno todo aquello que le conviene. Otra reflexión, a este hilo: tampoco me parece bien apoyar la estrategia antiabortista en que las clínicas hacen negocio. Hacer negocio no es malo. Es malo abortar.

En fin, podría seguir mucho más, hablando de la hipocresía de apoyar las asociaciones de enfermos y discapacitados pero luego considerarlos personas con menos derecho a nacer (incluyendo el presentar la selección genética como algo estupendo cuando no es ni más ni menos que elegir entre varios hijos por su salud o, peor, por su compatibilidad con un hermano ya nacido que se convierte en patrón (involuntario) de la idoneidad de sus hermanos para ser dignos de vivir...) o la de considerar el sexo algo deseable y fomentable desde edades bien tempranas y luego escandalizarse de que crezcan los embarazos adolescentes, las enfermedades de transmisión sexual, la prostitución infantil y la pederastia.

Una vez hablando con un amigo del diferente tratamiento que daba el gobierno al tema del tabaco y al del sexo, me decía: “es que fumar es malo y follar es bueno”.

"Pues yo preferiría que mi hija de trece años fumara a que follara ¿y tú?”

4 de octubre de 2009

Geografía tenguera XXVI- Soledad Villamil y la inmateriabilidad del tango

No soy muy aficionado al cine, que me parece por lo general una actividad sobrevalorada y una artesanía (que no un arte) en la mayoría de los casos plebeyizada. Sin embargo, uno de mis fetiches tangueros, soledad Villamil, acaba de estrenar en España una película dirigida por Campanella y coprotagonizada por Darín: “El secreto de sus ojos”. Yo vi esta comedia-thriller el mes pasado en Buenos Aires el día siguiente a su estreno en los cines que la INCAA tiene en la Plaza del Congreso, justo enfrente de esa librería, madriguera de liberales, que allí tienen las Madres de Mayo. La entrada me costó 4 pesos, aproximadamente 0.80 euros. La peli está bastante bien, a pesar de Darín, cuyo mejor mérito es lo bien que hace de argentino película tras película. Campanella ha adquirido en su paso por Hollywood algo que no tenía. De todas formas, de las cuatro películas de Campanella que yo conozco (“El mismo amor, la misma lluvia”,”Luna de Avellaneda”,”El hijo de la novia”, y esta última) me quedo con “El mismo amor, la misma lluvia”. Este nombre es un guiño tanguero del director, pues es una estrofa de un precioso tango de Cadícamo y Tinelli llamado” Por la vuelta”, al igual que “la vidriera irrespetuosa” lo es de Cambalache, y tiene algunas escenas memorables como aquella del joven director de obras de arte y ensayo que acaba a tortas con sus espectadores por no entender nada de su película. Pero no voy a hablar de cine, ni de Campanella ni de Darín, pues carezco de esa sensibilidad, al parecer generalizada, que hace ver pose de gran actor a lo que a mí me parece el gesto de un tipo al que le cuesta respirar. Yo vine aquí a hablar de Soledad Villamil.


Conozco y sigo a la Villamil desde hace diez años y he hablado con ella en varias ocasiones. La primera vez que la vi fue en un espectáculo que marcó época. Un espectáculo tierno, evocador y divertido llamado Glorias Porteñas en el que se hacía un recorrido por la historia musical de los años 20-30-40. Fue en Diciembre del 99 en el C.C.del Sur, en la calle Caseros, donde empieza el barrio de Barracas. Pasearon más tarde el espectáculo por algunas ciudades, entre ellas Madrid, donde actuaron en la casa de América. Villamil era por esas fechas, una joven actriz, cantante y presentadora de televisión con la capacidad de llenar el escenario de ingenuidad, y así ha seguido siendo hasta ahora. Curiosamente muy alejada de los papeles que interpreta en el cine, con personajes de carácter y contradictorios.


En el espectáculo de Glorias Porteñas (como digo estupendo y aún muy recordado) compartía escenario con dos compañeros guitarristas y cantantes que hoy en día son de lo mejor, cada uno en su estilo, de la escena bonaerense. Bryan Chambouleyron y Silvio Cattaneo. Bryan colaboró con Morgado y con Lidia Borda y lleva ya varios discos en solitario. Todos estupendos por ellos mismos y por la labor de recuperación de temas algo olvidados de la época dorada .Toca y canta sin más acompañamiento que su guitarra, y lo hace de maravilla. A poco que te guste el tango no puedes perdértelo si tienes la ocasión. Silvio conserva su nombre artístico de Glorias Porteñas: Ofidio Della Sopa y se dedica al tango humorístico algo asainetado. Un tipo de espectáculo que tuvo mucho éxito y que trata de recuperar. El es el autor de sus propias canciones y el director del espectáculo, para el que cuenta con un dúo de guitarras llamado “Las cuerdas flojas”. Es un genio aunque su humor es profundamente porteño, y por tanto difícilmente exportable. Precisamente estuve hace unos días oyéndolo en La vaca profana en la calle Lavalle, riéndome a mandíbula batiente en la presentación de su nuevo disco “Propulsión a tango”. Cuando acabó, estuvimos compartiendo faso y cerveza. Un tipo estupendo al que tampoco podéis perderos si llegara la ocasión.
Volvemos a la Villamil. Una vez agotado el proyecto de Glorias Porteñas le perdí el rastro hasta que fui a ver le película “El mismo amor...” en el espacio cultural Tita Merello que creo recordar que está en la calle Maipo. Después la volví a ver en “El oso rojo”. Otro periodo sin saber nada de ella hasta que se me cruzó en el C.C.de la Cooperación a donde había acudido a ver a Jacqueline Signaut. Resulta que son amigas y cantó algunas canciones con ella. Estuvimos hablando y le pregunté por sus proyectos. Me dijo que iba a hacer una película con Peretti. La peli se llamó “No sos vos, soy yo”, una divertida aunque algo ácida comedia. Grabó al año siguiente un disco estupendo que gano el premio Gardel al mejor disco de música ciudadana de hace dos o tres años en el que introdujo además de tangos algún que otro tema de folclore argentino.El disc se llama “Canta” y la verdad es que le quedó perfecto .En agosto del año pasado fuimos a oírla en el marco del festival Mundial de tango al Teatro ITF. Cantó los temas de este último trabajo , pero amenazó con la pronta publicación de uno nuevo. Así pues ,en esta última excursión austral fui al Torcuatto Tasso, donde actuaba. Para este último disco le ha “robado” a la Signaut a su arreglista y director musical, Jose Teixidó. Teixidó es un músico estupendo y aunque a mí no me guste demasiado este último trabajo, es cierto que tiene un aire algo alejado de las cavernas rioplatenses sin duda buscando algo más tibio y digestivo. No me acaba de convencer que introduzca boleros e incluso alguna copla, pero si el mundo ha sido capaz de sobrevivir al trío formado por Willy Nelson, sus trenzas y julio Iglesias, será capaz de sobreponerse a esto. Tendré que oírlo unas cuantas veces a ver cómo envejece.
Soledad, Bryan, Silvio, en fin, vaya escuela la de Glorias Porteñas. Los amantes del tango lo llevamos en el corazón.

Voy acabando. En este último viaje a Buenos Aires ,estuve en un espectáculo en la confitería del Hotel Castelar, en Av. de Mayo. En este hotel estuvo hospedado García Lorca (Federico para los amigos) el año1933 en el estreno austral de su obra “Bodas de sangre” en el Teatro Maipo. Llegó para una semana y se quedó varios meses cometiendo el error de volverse, y a las pruebas me remito. Pero la historia no se puede cambiar por mucho que nuestros electos ladronzuelos lo intenten. Actuaba un grupo de tres guitarras-cantantes uruguayos llamado “Los cigarros”, porque eran hombres y cantaban en vez de laburar. Me harté de oír milongas uruguayas, candombes y Fox-trot, que al parecer es algo habitual en las murgas carnavaleras de Montevideo. Lo cuento porque “es este un proyecto de reconocimiento tanguero entre las dos orillas del río de la Plata, de forma que actúan artistas uruguayos en lugares emblemáticos de Buenos Aires y grupos argentinos en locales notables de Montevideo. Este programa es parte de uno más amplio en el que estamos trabajando para que el tango obtenga el reconocimiento de bien cultural intangible (o algo así) por parte de la ONU...” ahí ya desconecté de la charla, que yo cuando oigo la palabra ONU dejo de atender, no sea que me cuelen un discurso de Gadafi. Además ¿qué demonios quería decir eso de “bien cultural intangible”? Porque puestos a tocar, si dejas de lado a este gobierno y a su más infame representante (la carnicerita de los Gazules) que se hartan de tocarnos los cataplines, no hay nadie que toque más que los músicos. Tocan el violín, tocan el bandoneón, tocan el piano. En fin, por tocar que no quede. No entiendo lo de la intangibilidad del tango. Pues bien, hoy he leído en la prensa que el Tango, junto al silbo gomero, han sido declarados Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por parte de la UNESCO. No era la ONU, sino la UNESCO (tanto monta) y no era intangible, sino inmaterial, menos mal. La reunión de estos prohombres ha sido en Abu Dhabi, que como todo el mundo sabe tiene gran peso en el circuito de los patrimonios de la humanidad y no hay constancia de que los registros sonoros aportados por Gomeros y Rioplatenses no hayan sido intercambiados de forma fortuita, aunque eso tampoco tiene importancia, pues dudo que notaran el gazapo los expertos de la UNESCO. En cualquier caso y, aún sin saber si esto es bueno del todo, enhorabuena. También ha sido reconocido con este curioso honor, emanado de tan dudosa corte, el Tribunal de la Aguas de Valencia y el Consejo de Hombres Buenos de Murcia. Espero que esto no sea el principio del fin de estas dos cortes milenarias y milagrosamente a salvo de los manejos de la vice y su faldero fiscal.

GAVION