Después de escuchar la primera semana los, podríamos decir, tangos clásicos de Analía Bueti y la segunda semana el tango bizarro de Gastón Pose, la tercera semana de festival nos permitió entrar en contacto con el tango romanza. Juan Pablo Villarreal y Patricio Noé (Pato) Crom nos trajeron un pedacito de Buenos Aires a Valencia y nos enseñaron una muestra de la amplitud del tango que se hace actualmente en el Río de la Plata. El relevo generacional del tango (que, pese a lo que decía Gastón Pose, no ha muerto) rescatando temas que milongueaban sus abuelos.
Los dos son jóvenes. Los dos tienen otros proyectos profesionales pero, por amistad, han creado un dúo que actúa en milongas y rescata tangos y valses de años atrás, pero menos conocidos para el público del circuito "bolichero", aunque no tan extraños para los bailarines de las milongas. Temas como como "Marión" o "Tristeza marina" pueden no sonar a mucha gente de Bs As ( de Europa ni hablo), pero seguro que han provocado cortes y quebradas y han levantado viruta en muchos suelos Bonaerenses.
Venían de estar un mes de gira por Europa (habían empezado en Conil de la Frontera, en Cádiz y habían terminado en Wuppertal, cerca de Düsseldorf, pasando por París y Amsterdam, entre otros lugares), tocando en milongas, verdaderas sinagogas de la diáspora argentina, y presentando su nuevo disco," De corte romántico". Un disco autoeditado, con diez canciones, entre ellas las dos citadas anteriormente, y una presentación sencilla pero muy bonita, como una carta antigua sellada con lacre.
Y aterrizaron en Valencia muy cansados, pero con ganas de echar el resto. Y vaya si lo echaron. Ellos echaron el resto y consiguieron que nos echaran de cada uno de los boliches en los que acababamos las noches.
Juan Villarreal es el cantante titular de la orquesta El Arranque. La que es ya, con los años, una orquesta mitica y probablemente la mas influyente para este nuevo auge que ha tomado el tango de quince años hasta ahora. Orquesta que estuvo tambien en la génesis de la Orquesta Escuela de Balcarce y que tuvo entre otros como cantores a tipos de la talla de Noelia Moncada o Ariel Ardit. Su voz cálida, su cantar fluido de buen recitador y sus ojos semicerrados encantaron a la afición. Estilo muy personal, que ataca los temas más difíciles con sencillez y sin afectaciones, como aquel que se siente en deuda con la tradición. Encima toca la viola como un genio.
Pato Crom es un guitarrista de excelente formación a pesar de su juventud (ha sido discípulo del gran Aníbal Arias, entre otros) que domina el acompañamiento, la interpretación y hasta la composición. Cuando cantaba Juan, la guitarra era el complemento perfecto; cuando ejecutaba algún instrumental, como Vida mía, lo hacía con sentimiento y como sin esfuerzo y conocimos su faceta compositora al oírle" Boulevard Voltaire" un bonito tema con historia detrás, aunque me da que inventada. Es Patricio un artista completo y además de músico diseña y fabrica títeres y nos divirtió con esas habilidades.
Además del concierto “oficial” en Noche de Ronda, tuvieron la amabilidad de actuar la víspera en El Canguro Verde y en el Café Obispo 11 y al día siguiente en la ya oficiosamente segunda sede del festival, el Kaf Café y en todas partes se metieron al público en el bolsillo con su profesionalidad y su simpatía. Aunque hablando de simpatía y buena onda no se nos puede olvidar saludar a Cristina, el alma de El Canguro, que nos recibió como sólo ella sabe.
Durante los cuatro días que estuvieron en Valencia pudimos comprobar de primera mano su amor por la música y por el jamón serrano. Andaban con la guitarra a todas partes y llegamos a pensar que si alguien se la quitara se caerían, desequilibrados. Según dijeron, no dejaban la viola nunca porque si en algún momento se armaba la guitarreada no hay nada peor que no tener cerca la propia. Y ciertamente estaban dispuestos a armarla en cualquier parte. Iban canturreando e imitaban a otros cantantes, clásicos o modernos y demostraron tener una memoria prodigiosa para acordarse de letras y músicas.
La actuación en Noche de Ronda se centró sobre todo en los temas de su último disco, pero también hubo espacio para otros temas como "Soledad" o "Que me van a hablar de amor". Aunque emplearon, claro está el micrófono, a ellos les gusta cantar al aire y cerraron su actuación con" Guitarra, guitarra mía", de Gardel-Le Pera tocando en acústico en el centro de la sala. Fue una actuación hermosa, pero tuvo un defecto enorme: se nos hizo muy corta a todos.
Seguro que si el año que viene repiten, nos resarciremos.
La despedida fue emotiva y rodó alguna lágrima de emoción o de alegría, no se si porque se iban o porque despues de cuatro días podíamos volver a nuestra vida normal. Aquí han dejado buenos tangos y, sobre todo, amigos que deseamos volver a oirlos. Gracias pibes.
Bueno, ya vamos por la tercera y solo faltan dos fechas. A cada cual mejora a la anterior, así es que no se lo pueden perder. Pese a ser pesado, insisto con el tema. Luego no digan que no les avisamos.
ZUPPI y gavión
