7 de diciembre de 2007

EL DERECHO A DECIDIR

Estos días se está hablando mucho del derecho a decidir. Hay manifestaciones y declaraciones pidiéndolo.
Sin embargo, me parece que se quedan un poco cortos. Se pide el derecho a decidir quién gobierna, pero ¿y cómo?
Yo desde aquí quiero también apoyar el derecho a decidir de los vascos (y vascas), catalanes (y catalanas) y, en general, de cualquier ciudadano (y ciudadana):
El derecho a decidir en qué idioma escolarizar a tus hijos.
El derecho a decidir qué formación académica y moral recibirán.
El derecho a decidir cuántas horas y cuántos días mantienes abierto tu negocio.
El derecho a decidir qué tipo de sanidad quieres, cuánto pagar y qué recibir a cambio.
El derecho a decidir cómo administrar tus bienes para cuando ya no trabajes.
El derecho a decidir hasta qué edad quieres trabajar.
El derecho a decidir por cuánto dinero quieres trabajar.
El derecho a decidir qué hacer con tus propiedades.
El derecho a decidir cuántos impuestos pagar y a qué dedicar ese dinero.
El derecho a decidir si deseas transmitir información a los demás, cómo hacerlo y con qué contenidos.

Si todos los políticos estuvieran de acuerdo en garantizar estos y otros muchos derechos a decidir, el "derecho a decidir" que ellos reclaman sería absolutamente irrelevante

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Esta Zuppi es peligrosa. Habrá que controlarla no sea que cree escuela y se nos acabe el chollo. Lástima que ya no hayan psiquiatricos.

pollito dijo...

Ah Zuppi, qué ingenuidad. Tú lo que quieres es que el Gobierno trate a los ciudadanos como a personas mayores de edad, capaces de admnistrar su tiempo y sus bienes, en vez de como a débiles mentales necesitados de tutela durante toda la vida.

¿¿Y entonces a qué se dedicarían ellos?? ¿¿Es que quieres crear el paro generalizado entre la clase política??

Me temo que ningún partido de los que existen ahora mismo va a poner en práctica tus sensatas propuestas.

Anónimo dijo...

Pero es que esos derechos no los pueden controlar fácilmente (aunque todo es proponérselo), y por eso ni se los plantean ni los defenderán en ningún momento.