28 de abril de 2009

¿Qué le dice Sarkozy a...?

...el Príncipe:







-Yo soy más bajito...



...pero la tengo más larga.













...a Carla:

-Mira, este es el tonto del que te hablé.

21 de abril de 2009

GEOGRAFIA TANGUERA XXIII-Tango en granada 2009-2

Antes de nada volver a decir, hasta aburrir no se a quién, que esta es la segunda parte de la entrada, y si hay alguien tan asombrosamente demente como para querer leerla entera, debe retroceder un escalón. No se si mi madre me estará leyendo, pero, mamá, haz un esfuerzo, que para eso está la familia.


El sábado a la 10.30 de la mañana nos “madrugaron” Mar y Mon. Mar y Mon son unos amigos que, con aviesas intenciones, se apuntaron al fin de semana milonguero y que son una especie de metáfora de lo que, aunque les pese a los nacionalistas, es España. Vasco él, catalana ella, se conocieron en Madrid, son padres de tres hermosas valquirias rubias y viven en un pueblo colgado en una sierra de la Costa del Sol de donde es originario el “padre de la patria andaluza”. Afortunadamente muy pocos andaluces conocen el pueblo y casi ninguno al iluminado en cuestión. Total que allí estábamos un vasco, un valenciano, una madrileña con raíces aragonesas y una catalana en Andalucía, todos huidos del la idea predominante de las autonomías estancas que acabarán consiguiendo que estas reuniones sean equiparables a asambleas de la ONU, con interpretes incluidos. La indiferencia de esta pareja por los nacionalismos es prueba de su inteligencia (y eso que en su caso han sido determinantes).

En cierta ocasión, con una copa de manzanilla y un espetón en el paseo marítimo de Estepona, un primo de Mar que aún reside en la margen derecha del Nervión, 72 kilómetros aguas abajo de su nacimiento, nos contaba cómo se vivía de bien en Bilbao. Con ciertas prevenciones, como no comprar, depende qué periódicos, en tu barrio, o no hablar, depende en qué bares, de política, u ocultar, depende de cuál, el colegio al que mandas a tus hijos, pero se vive muy bien. Zuppi y yo nos mirábamos con los ojos a cuadros pensando como contestar a semejante barbaridad, pero Mar se adelantó y zanjó con dos palabras la cuestión. “Es posible que en Bilbao se viva bien, ¡pero tú no sabes cómo de bien se vive aquí, en la Costa del Sol!”. No se puede cerrar cualquier discusión político sentimental con menos palabras.

A las 10.30 sonó el teléfono y contesté mientras empezaba a “quemar el sol mi lento caracol de sueño.”

-Oye,que en una hora llegamos
-Pero...¿dónde estáis? (Gruñí aún grogui por el gancho de izquierdas del ring telefónico)
-Estamos llegando a Antequera.
-¡Ah, qué bien! Pues dadle recuerdos de mi parte al...
-No hombre, no, eso es de Archidona, no de Antequera.. Lo de aquí es el Torcal.
-Bueno, bueno, no se en qué estaría pensando.






Como el día era estupendo salimos a desayunar a la calle y nos tomamos unos churros calentitos, como debe de ser, en la plaza de María Pineda. No se puede escribir en este blog y dejar pasar la oportunidad de rendir honores a la causa liberal, así pues el lugar estuvo bien elegido.
Una vez reunido el grupo acudimos a Bib-Rambla a disfrutar con la milonga popular que, como el año pasado, estuvo acompañado de buen sol, buenos bailarines y buena música. Tocaron en directo de nuevo “Pulso ciudadano” y estuvo animada, concurrida, entretenida y festiva. Creo que es uno de los pilares del festival.

El mediodía del sábado es, además, el momento reservado para los encuentros familiares. Al socaire de las tabernas granadinas comienza el rosario de tapas y primos. Nuestros primos granadinos son amantes de largas horas de escavio y charlas sin prisas. Se forma un “núcleo duro” que se mueve por todo el centro de garito en garito y a este grupo se van sumando y restando y volviendo a sumarse primos y más primos durante las cuatro o cinco horas del aperitivo. En cierto modo la situación se asemeja a la novela de la propietaria del blog, donde personajes entran y salen, aparecen y desaparecen, con la única diferencia de que la novela es finita, y sin embargo, este baile tapero-granadino parece no tener fin. Se lo avisamos a nuestros amigos, y así fue hasta que a las seis de la tarde abandonamos con Mar y Mon porque teníamos negocios de los que hablar.


Hablar de negocios con Mar y Mon es un decir. La discusión deriva en un monólogo hábilmente gestionado por Mar, quien acaba diciendo lo suyo y lo tuyo mientras tú esperas expectante el momento en el que acaba venciendo lo suyo ya derrotados los argumentos con los que él defiende lo tuyo, alguno de los cuales tú no habías ni pensado. Ya se que lo inteligente sería dar tu brazo a torcer a las primeras de cambio, pero... ¿quién tiene el poco corazón de privar a unos amigo de esos momentos de gloria y diversión?. Así es que sí, aceptamos pulpo como animal de compañía.


“Venga, nos vamos ya al hotel, que son las ocho y a las nueve empieza la función.”



El sábado en el teatro había un programa atractivo. La primera parte era una adaptación de un espectáculo mayor, “Tango mío”, en el que la narradora, Valeria Sabena, representa a la ciudad de Buenos Aires y, entre perorata y perorata, se alternan números musicales sin demasiada cohesión argumental. Es posible que esta línea argumental se pierda por ser esta una versión reducida del original, pero dejando eso a un lado es éste un tema ya muy manido. Tanto en grandes espectáculos como en pequeños montajes de café-concert resulta poco original el recurso a la personificación de la ciudad en una actriz muy en la línea ligeramente histriónica de la tradición del teatro argentino. Lo mejor, sin duda, el número de la pelea de malevos por su originalidad, y para respetar a los que vayan a ver el espectáculo, hasta aquí llego y no puedo decir más. Es de agradecer que, tal y como está el patio y teniendo en cuenta los costes, compañías tan numerosas se atrevan con el tango. Tan sólo una cosa, el tango se baila de pié, no arrastrándose por los suelos (por otra parte invisibles desde la platea) aunque sea al son del tango electrónico.



La segunda parte era la actuación de Caracol, uno de los platos fuertes de este festival. Roberto Paviotti “Caracol” es ya un histórico del tango, con una personalidad algo arisca en el escenario y poco dado a alegrías ni complicidades con su público, a los que excepcionalmente regala con algún sabroso comentario. Conozco y sigo a Caracol desde el año 1999. En el 2000 lo oí por primera vez en directo en el Club del Vino, en Palermo, acompañando a María Volonté. El año siguiente repetí en el Café Homero y desde entonces, cada vez que voy a Buenos Aires lo busco y, si lo encuentro, no le fallo. Lo he visto en el desaparecido Teatro-Bar Muñón, en el C.C. del Sur, en Como gallo para Esculapio, en el Tocuato Tasso, en el C.C. de la Cooperación en la calle Corrientes y este último agosto en los almacenes Harrod´s. Siempre igual, como ausente y olvidadizo, algo serio pero con una voz grave y profunda que hace las delicias de los aficionados. Tiene en Buenos Aires cierta controversia su estilo, pero no deja de ser una figura. Sus discos son, además, estupendos por el acierto en la elección de los temas mezclando obras clásicas (no hay quien cante mejor “Flor de Lino” o “Fruta amarga”) con otros no tan clásicos (es el mayor divulgador de Chico Novarro) y otras de compositores actuales e incluso propias. En el último disco de María Volonté canta un par de temas a dúo que son una verdadera delicia y tengo discos de “Tango chino” y de la Signaut con colaboraciones estupendas.




Escribo todo esto para que vean que soy un fan de Caracol, y por eso me quedé algo frío con su actuación. El repertorio estaba bien elegido aunque algo corto, y aún conociendo sus problemas de salud no está bien hacer un solo bis y de un tema casi desconocido, que es la demostración de no querer seguir. Aún así, lo bordó en “Garúa”, en “El último round” y en la divertida “Milonga del raje”, que él bautizó como “Milonga para Constancia” después de una graciosa historia de amor y abandono. Yo he visto a Caracol acompañado por el piano de Tato Finocchi, por la guitarra de José Teixidó o por su propio cuarteto allá por el 2003, por eso no me gustó el acompañamiento del dúo de guitarras que se ha agenciado. Tanguido es un dúo que comienza con él ahora y están faltos de rodaje. Todo se andará.






Acabó el espectáculo y a la salida nos encontramos con Caracol en la calle y estuvimos hablando un buen rato con él demostrando una cercanía inédita. Espero verlo de nuevo en Buenos Aires, lo que será una estupenda noticia para los dos.
Cenita y trasnoche, y aún no he oído una mala queja de Mar y Mon. Mon está ya algo cansada (“la falta de costumbre” nos quiere hacer creer) pero accede a acudir al trasnoche viendo las ganas de baile de Mar y con la promesa de no alargarse demasiado, promesa que nosotros le mentimos.

En el trasnoche de los Basilios volvemos a coincidir con Cecilia Bonardi, con “Pulso ciudadano” que de nuevo tocaba esa noche, con los bailarines de los espectáculos anteriores y con Caracol.


Con todos ellos conversamos y eso es lo mejor del trasnoche, la accesibilidad que demuestran los maestros una vez desnudos de luces y telón. Pasan a ser un aficionado más y así se comportan. Da gusto ver a figuras del baile compartiendo pista, y sin destacar, con el común de los mortales. Estuvo entretenida, quitando el ratito del tango electrónico que vació la pista, y no conseguí que ni Cecilia ni Caracol subieran al escenario a regalarnos un tema fuera de programa. ¡Qué diferente con el año pasado cuando Guillermo Fernández acompañado por el piano de Cristian Zárate nos cantaron “Naranjo en flor” y “Vida mía” bajo la emocionada mirada de Horacio Ferrer!. Mar y Mov, Mov y Mar, cumplieron y se fueron a eso de las dos. Nosotros aguantamos hasta las tres y media porque el cansancio empezaba a hacer mella y al día siguiente teníamos excursión albaicinera, comida familiar, despedidas y viaje de vuelta, pero como éste es un blog de tango (y liberal) está fuera de lugar comentar las excursiones turísticas, eso se lo dejamos a Lonely Planet.



Ya acabo, tan solo comentar dos cosas. Este 21 Festival de Tango de Granada estaba dedicado al transporte colectivo de pasajeros, pero después de tres días de actividades aún no entiendo por qué. Igual podría haber estado dedicado a la conquista del Everest, o a la fauna autóctona de Ocenía y nada hubiera indicado lo contrario. Y la segunda es que se cumplieron todos los horarios escrupulosamente, incluidos los de los vuelos que tuvimos que utilizar.

Y bien, aquí vamos con el último Gardelín de Oro referido a un capítulo del exitoso libro en cuestión. En el capítulo VIII de este best seller se puede leer lo siguiente:
"...cómo ríe la vida
si tus ojos negros me quieren mirar..."

Es éste un tango moderno, si lo comparamos con la duración de una era geológica, compuesto e interpretado por unos chavalines que darán mucho que hablar. Venga, que estoy que lo tiro y os doy una pista infalible, mal que me pese:

El día que me ...
Gardel y Leper...


Los que no lo acierten pueden votar a Zapatero y no se les tendrá en cuenta.

Un abrazo de GAVION.

14 de abril de 2009

GEOGRAFIA TANGUERA XXII- tango en granada 2009-1





Esta entrada tenía que estar publicada hace una semana, pero "motivos procesionales" lo han impedido. Sin embargo, como no se debe trabajar en vano, la publico aunque haya perdido parte de su actualidad. Y amenazo con la segunda entrega la semana que viene.






“¿Cómo? ¿Que no sabes que Obama ha llamado “amigo” a Zapatero?
¿Cómo? ¿Que no sabes que han dado una patada en el culo a Maleni, Solbes,Cabrera,Soria y Aído? Bueno, perdona, a Aido no. ¡Qué lástima!
¿Cómo? ¿Que no sabes que ZP se ha tenido que venir urgentemente sin culminar el pastel de su fin de semana glorioso para poner orden en el desaguisado que le ha montado PRISA y parte de su partido?
¿Cómo? ¿Que no sabes que Obama ha sido el primero en enterarse del nombre de los nuevos ministros en conversación telefónica en perfecto inglés por la restablecida línea roja que le une a su “amigo” monclovita?
¿Cómo? ¿Que no sabes que hay una estrella blanca enana que avanza hacia nosotros casi a la misma velocidad con que ZP hace el ganso por el universo y amenaza con desastres que dejan ridículas las profecías de Al “Nostradamus” Gore?”

De todo esto y de alguna cosa más, como del enfado de Belén Esteban, me enteraba el lunes hablando con un amigo con cara de extraterrestre asombrado (yo, no mi amigo).

“Pero, ¿dónde demonios has estado estos días?”

A lo que yo contesté

“Ni G-20, ni Obama, ni alianza de civilizaciones, ni Belén Esteban. Este fin de semana he estado en el lugar más importante en el que se podía estar: EL 21 FESTIVAL DE TANGO DE GRANADA”
(Bueno, hay algo más importante: haber estado presente en el embarque de Aido y toda su comisión de sabios en el primer vuelo tripulado a Orión con combustible sólo de ida.)

Viernes a mediodía, coche, aeropuerto, avión, escala en Madrid, otro avión y taxi al hotel granadino. Corre, corre que llegamos tarde, que son las nueve menos cuarto y Flo (nuestra contacta porteña-holandesa en Granada) nos está esperando en la puerta del teatro con las entradas para el espectáculo de las nueve.

Este año, en vista de cómo nos lo pasamos el pasado, repetimos. Zuppi está guapísima (¡el tango le sienta tan bien!), y yo no termino de recuperarme de mi cojera, pero mi amigo Horacio es cojo sin remedio y no parece que eso le afecte a su tanguería, así es que yo no voy a ser menos.

El programa, aunque algo inferior al del año pasado, es atractivo y variado. Eso hay que reconocérselo y agradecérselo a Tato Rébora y su equipo. Traer desde el otoño austral a Caracol y a Valeria Lima, a Cecilia Bonardi con su “Pulso ciudadano”, a la guitarra de Mirta Álvarez o a la figura del baile Miguel Ángel Zotto no está al alcance de casi nadie, ni siquiera contando con la ayuda de la milonga del PLAN E. Repito, el año pasado fue extraordinario, pero no todos años se cumplen los 20.





El viernes día 3 de Abril, a las 21 .00 horas estábamos en la puerta del teatro con dos entradas para esa noche y cuatro para la del sábado, a la que unos amigos que conozco casi desde que Gardel se quitó el traje de gaucho, se habían apuntado. ¡Pobrecitos, no sabían lo que les esperaban! Así es que no había vuelta atrás y entramos en el bonito teatro Isabel La Católica.

La primera parte del espectáculo del viernes comenzó con la actuación de dos parejas de baile argentinas, “Eleonora y Gastón” y “Milton y Romina”, que demostraron dos cosas bien claramente: que no se puede ser bailarín de tango-danza o tango-escenario si no tienes un nombre cursi, y que la complacencia y el recurso a lo fácil es resultón para un espectáculo de guiris en el Tortoni, pero un festival como ese merece algo más. La impresión que me dio es que ellos pensaban “total, si aquí en España dándoles pan me aplauden, ¿para qué voy a cortar fiambre?.”
Esta parte de baile la cerró una bailaora de danza española y flamenco llamada Lucía Guardino. Siempre me ha resultado poco atractiva la fusión entre músicas, y creo especialmente poco afortunada la del tango y el flamenco, a mi modo de ver muy diferentes tanto en los temas de las letras, en el origen (urbano el tango y rural el flamenco), así como en el tempo rítmico, pero esa es una opinión personal que está, lo se, en franca minoría. Tanto es así que allí, como aquí, vende más el “Volver” de estrella Morente o los tangos llenos de jondos quejíos de Miguel Poveda que una milonga lunfarda de arraigo arrabalero. Lucía Guarnido bailó dos temas y lo hizo muy bien. Ya digo que a mí no me gusta, pero lo hizo muy bien, y no se puede decir lo mismo sobre su compromiso con el espectáculo que lo que he comentado de las parejas anteriores. El primer tema tenía música de Piazzolla, y ella bailó con bata de cola, que aunque rimen es tan chocante como mojar berberechos en el chocolate del desayuno, pero a la gente le gustó, y ella se gustó. Del segundo tema hablaremos más tarde.


Para cerrar la primera parte actuó Mirta Álvarez. Mirta es una chica joven, aparentemente frágil y que toca la guitarra como los ángeles, esto es, con su misma delicadeza. Tenía ganas de verla en directo desde que me compre en el Ghandi de la calle Corrientes un disco suyo hace algo más de un año, para comprobar si al natural me causaba la misma impresión. Y así fue. Un concierto muy bonito, con unos temas que demuestran compromiso con el tango y sin recurrir al fácil truco de dar carnaza. No es normal oír en estos festivales europeos temas de Roberto Grela, que a más de la mitad de los allí presentes les debía sonar a eso que se come con lacón en Galícia. Ni obras de Salgan ni, lo mejor de su actuación, innovadores arreglos Piazzollianos de su época de arreglista de la orquesta de Troilo. Conociendo el estilo que Troilo buscaba para sus grabaciones, me supongo que la versión de “La casita de mis viejos”(Cobián-Cadícamo) que se marcó Mirta no llegó a ser puesta en circulación por la orquesta de Pichuco.


“sólo una madre nos perdona en este mundo
esa es la única verdad
es mentira lo demás.”


Por cierto, hablando de Salgan, en la etapa de génesis de mi afición tanguera me compré un disco de un dúo piano-guitarra porque me resultó curioso el nombre del grupo. Se llamaba “Salgan del lío”. Me hacía gracia descubrir a qué lío se refería y quién tenía que salir de él, pero no encontré entre sus canciones nada que me lo indicara. Tiempo más tarde descubrí a Horacio Salgan y a Ubaldo del Lío y quedó decepcionantemente resuelto el misterio. No piensen “¡Vaya gilada!” porque ¿acaso no han creído ustedes nunca que Hanna -Barbera era una mujer que se dedicaba a los dibujos animados?.


Retomo mis impresiones sobre Mirta Álvarez porque siempre hay un pero. Igualmente que he dicho que Mirta toca con la sensibilidad de los ángeles, también digo (y eso es lo que quería comprobar) que le falta el contrapunto de la sensibilidad del diablo. En cuanto introduzca matices malevos que sacudan esa languidez, mejorará en fuerza expresiva. Acabó su actuación acompañando a Lucía Guarnido en su segundo baile con la “Milonga Triste” de Piana y Manzi.

Una versión mucho más académica, quizás porque era con la que había ensayado el baile Lucía, que quedó muy bonita y que la gente aplaudió a rabiar. Por cierto, cada vez me gusta más la letra profundamente triste de esta milonga.

“cerraste tus ojos negros
se volvió tu cara blanca
y llevamos tu silencio
al sonar de las campanas”

Bueno, intermedio. Salimos a la calle. Cañita con su correspondiente tapa granadina y vuelta al teatro.

La segunda parte de la función recayó en la cantante Cecilia Bonardi y su grupo Pulso Ciudadano, un cuarteto de guitarra, bajo, percusión y piano-bandoneón. Nunca los había oído, pero venían con el aval de ser el grupo patrocinado por, ATENCION AL DATO, la “Dirección General de Asuntos Culturales del ministerio de relaciones culturales, Comercio internacional y Culto”. Alguien dijo alguna vez que la importancia de un cargo era inversamente proporcional a la longitud del nombre que tenía.
El inicio de la actuación (o “propuesta”, como se empeñaba en decir la sosa de la presentadora) me alarmó. Tocaron el tango “Afiches” de Expósito y Stampone, tango de desgarradora soledad

“luego, la verdad,
que es restregarse con arena el paladar
y ahogarse sin poder gritar.
Yo te di un hogar, fue culpa del amor,
dan ganas de balearse en un rincón”

Esta y otras estrofas por el estilo no pueden ser acompañadas por el sonido de ese instrumento de percusión compuesto de muchos tubitos de metal colgados de un marco y que consiguen un sonido celestial. Sólo en las grabaciones de Piazzolla de sus propias composiciones acompañado por el vibrófono de ... había oído algo tan semejantemente antagónico. Aún sin recuperarme de esa impresión parecida a comerme una merluza rellena de morcilla de Burgos, la Bonari nos sorprende con una versión de “Siempre se vuelve a Buenos Aires” que podríamos definir como “deconstruida”. Al igual que la famosa tortilla de patatas deconstruida y servida en copa de vermut obra de nuestro Ferrán Adriá, sabías que estabas oyendo la canción anunciada porque reconocías la letra de Eladia Blázquez por aquí, la música de Ástor por allí...en fin, estaba empezando a pensar que había sido un error no seguir de cervezas cuando, afortunadamente, volvió la cordura. Se retomó el orden con una bonita versión del tango de los Expósitos “Chau, no va más”, tango extrañamente poco habitual con una letra llena de agónica esperanza,

“se que es duro matar
por la espalda al amor
sin tener otra piel
donde ir...
pero, mira, la vida está en flor
tenés que seguir...”

y acabó con la aún menos frecuente “Ciudades”, de Ferrer y Piazolla, una fábula futurista de esas que tanto le gustan a Zuppi, y de la que yo sólo conocía una versión cantada por Amelita Balzar.
Y se acabó. El concierto fue corto, regalaron solo un bis y nos dejaron con la sensación de irnos a casa cuando empezaba lo mejor, aunque en su defensa debo decir que Cecilia cantaba al día siguiente y que su grupo tocaba en la milonga de Bib-Ramba del día siguiente y también en el trasnoche del sábado en el Monasterio de los Basilios.

Acabamos a las once y media , fuimos a tomar unas migas en la calle Navas, donde ya se respiraba la inminente Semana Santa, y pensé que no conozco ningún tango sobre ese tema ni, en general, pocos o ninguno de temática religiosa ni navideña (lo que me reafirma en la nula relación tango-flamenco), y eso que tengo pendiente una entrada “Tango e Iglesia”.
Con las fuerzas repuestas, acudimos al trasnoche de Los Basilios, donde no nos pudimos colar como el año pasado. Había una orquesta tocando que se alternaba con música enlatada, y mucha gente bailando. Me asombra, y ya lo dije el año pasado, el nivel de la gente anónima que baila en Granada y que no tiene nada que envidiar a cualquiera de las milongas bonaerenses que yo conozco. Tanto es así que, después de comentar largamente la noche con la Bonardi, con Mirta Álvarez y con los bailarines de cursi nombre (todos muy atentos, lo reconozco), nos decidimos a invadir la pista para hacer el ridículo y ser el hazmerreír, lo se, de casi todo el mundo (si, Mirta, que con el rabillo del ojo te veía partirte de risa). ¿Y por qué digo de casi todos y no de todos?

“Todos, todos me miran mal,
Salvo los ciegos, es natural”

La juerga acabó a las cinco de la madrugada y nos fuimos al hotel, afortunadamente cercano. Nos recogimos (nunca mejor dicho) y nos dormimos, que al día siguiente nos esperaba una dura jornada.
El GARDELIN DE ORO de hoy es algo especial, porque sólo me queda un capítulo del fenomenal libro de la porpietaria del blog, y lo he dejado para ñla segunda parte de esta entrada. Así es que propongo un ejercicio distinto. A ver quién me lo resuelve:
"...y arrodillado en mi Río de La Plata lindo y sucio
me amasaré otro incansable corazón de barro y sal..."
Esta fué una de las canciones que cantó la Bonardi, y muy bien por cierto.
Un abrazo a mis fieles. GAVION

8 de abril de 2009

¡DIOS MÍO, LA QUE NOS ESPERA!


«Con Pedro Solbes España ha vivido los momentos más brillantes de su economía»

José Luis Rodríguez Zapatero, 7 de abril de 2009