14 de abril de 2009

GEOGRAFIA TANGUERA XXII- tango en granada 2009-1





Esta entrada tenía que estar publicada hace una semana, pero "motivos procesionales" lo han impedido. Sin embargo, como no se debe trabajar en vano, la publico aunque haya perdido parte de su actualidad. Y amenazo con la segunda entrega la semana que viene.






“¿Cómo? ¿Que no sabes que Obama ha llamado “amigo” a Zapatero?
¿Cómo? ¿Que no sabes que han dado una patada en el culo a Maleni, Solbes,Cabrera,Soria y Aído? Bueno, perdona, a Aido no. ¡Qué lástima!
¿Cómo? ¿Que no sabes que ZP se ha tenido que venir urgentemente sin culminar el pastel de su fin de semana glorioso para poner orden en el desaguisado que le ha montado PRISA y parte de su partido?
¿Cómo? ¿Que no sabes que Obama ha sido el primero en enterarse del nombre de los nuevos ministros en conversación telefónica en perfecto inglés por la restablecida línea roja que le une a su “amigo” monclovita?
¿Cómo? ¿Que no sabes que hay una estrella blanca enana que avanza hacia nosotros casi a la misma velocidad con que ZP hace el ganso por el universo y amenaza con desastres que dejan ridículas las profecías de Al “Nostradamus” Gore?”

De todo esto y de alguna cosa más, como del enfado de Belén Esteban, me enteraba el lunes hablando con un amigo con cara de extraterrestre asombrado (yo, no mi amigo).

“Pero, ¿dónde demonios has estado estos días?”

A lo que yo contesté

“Ni G-20, ni Obama, ni alianza de civilizaciones, ni Belén Esteban. Este fin de semana he estado en el lugar más importante en el que se podía estar: EL 21 FESTIVAL DE TANGO DE GRANADA”
(Bueno, hay algo más importante: haber estado presente en el embarque de Aido y toda su comisión de sabios en el primer vuelo tripulado a Orión con combustible sólo de ida.)

Viernes a mediodía, coche, aeropuerto, avión, escala en Madrid, otro avión y taxi al hotel granadino. Corre, corre que llegamos tarde, que son las nueve menos cuarto y Flo (nuestra contacta porteña-holandesa en Granada) nos está esperando en la puerta del teatro con las entradas para el espectáculo de las nueve.

Este año, en vista de cómo nos lo pasamos el pasado, repetimos. Zuppi está guapísima (¡el tango le sienta tan bien!), y yo no termino de recuperarme de mi cojera, pero mi amigo Horacio es cojo sin remedio y no parece que eso le afecte a su tanguería, así es que yo no voy a ser menos.

El programa, aunque algo inferior al del año pasado, es atractivo y variado. Eso hay que reconocérselo y agradecérselo a Tato Rébora y su equipo. Traer desde el otoño austral a Caracol y a Valeria Lima, a Cecilia Bonardi con su “Pulso ciudadano”, a la guitarra de Mirta Álvarez o a la figura del baile Miguel Ángel Zotto no está al alcance de casi nadie, ni siquiera contando con la ayuda de la milonga del PLAN E. Repito, el año pasado fue extraordinario, pero no todos años se cumplen los 20.





El viernes día 3 de Abril, a las 21 .00 horas estábamos en la puerta del teatro con dos entradas para esa noche y cuatro para la del sábado, a la que unos amigos que conozco casi desde que Gardel se quitó el traje de gaucho, se habían apuntado. ¡Pobrecitos, no sabían lo que les esperaban! Así es que no había vuelta atrás y entramos en el bonito teatro Isabel La Católica.

La primera parte del espectáculo del viernes comenzó con la actuación de dos parejas de baile argentinas, “Eleonora y Gastón” y “Milton y Romina”, que demostraron dos cosas bien claramente: que no se puede ser bailarín de tango-danza o tango-escenario si no tienes un nombre cursi, y que la complacencia y el recurso a lo fácil es resultón para un espectáculo de guiris en el Tortoni, pero un festival como ese merece algo más. La impresión que me dio es que ellos pensaban “total, si aquí en España dándoles pan me aplauden, ¿para qué voy a cortar fiambre?.”
Esta parte de baile la cerró una bailaora de danza española y flamenco llamada Lucía Guardino. Siempre me ha resultado poco atractiva la fusión entre músicas, y creo especialmente poco afortunada la del tango y el flamenco, a mi modo de ver muy diferentes tanto en los temas de las letras, en el origen (urbano el tango y rural el flamenco), así como en el tempo rítmico, pero esa es una opinión personal que está, lo se, en franca minoría. Tanto es así que allí, como aquí, vende más el “Volver” de estrella Morente o los tangos llenos de jondos quejíos de Miguel Poveda que una milonga lunfarda de arraigo arrabalero. Lucía Guarnido bailó dos temas y lo hizo muy bien. Ya digo que a mí no me gusta, pero lo hizo muy bien, y no se puede decir lo mismo sobre su compromiso con el espectáculo que lo que he comentado de las parejas anteriores. El primer tema tenía música de Piazzolla, y ella bailó con bata de cola, que aunque rimen es tan chocante como mojar berberechos en el chocolate del desayuno, pero a la gente le gustó, y ella se gustó. Del segundo tema hablaremos más tarde.


Para cerrar la primera parte actuó Mirta Álvarez. Mirta es una chica joven, aparentemente frágil y que toca la guitarra como los ángeles, esto es, con su misma delicadeza. Tenía ganas de verla en directo desde que me compre en el Ghandi de la calle Corrientes un disco suyo hace algo más de un año, para comprobar si al natural me causaba la misma impresión. Y así fue. Un concierto muy bonito, con unos temas que demuestran compromiso con el tango y sin recurrir al fácil truco de dar carnaza. No es normal oír en estos festivales europeos temas de Roberto Grela, que a más de la mitad de los allí presentes les debía sonar a eso que se come con lacón en Galícia. Ni obras de Salgan ni, lo mejor de su actuación, innovadores arreglos Piazzollianos de su época de arreglista de la orquesta de Troilo. Conociendo el estilo que Troilo buscaba para sus grabaciones, me supongo que la versión de “La casita de mis viejos”(Cobián-Cadícamo) que se marcó Mirta no llegó a ser puesta en circulación por la orquesta de Pichuco.


“sólo una madre nos perdona en este mundo
esa es la única verdad
es mentira lo demás.”


Por cierto, hablando de Salgan, en la etapa de génesis de mi afición tanguera me compré un disco de un dúo piano-guitarra porque me resultó curioso el nombre del grupo. Se llamaba “Salgan del lío”. Me hacía gracia descubrir a qué lío se refería y quién tenía que salir de él, pero no encontré entre sus canciones nada que me lo indicara. Tiempo más tarde descubrí a Horacio Salgan y a Ubaldo del Lío y quedó decepcionantemente resuelto el misterio. No piensen “¡Vaya gilada!” porque ¿acaso no han creído ustedes nunca que Hanna -Barbera era una mujer que se dedicaba a los dibujos animados?.


Retomo mis impresiones sobre Mirta Álvarez porque siempre hay un pero. Igualmente que he dicho que Mirta toca con la sensibilidad de los ángeles, también digo (y eso es lo que quería comprobar) que le falta el contrapunto de la sensibilidad del diablo. En cuanto introduzca matices malevos que sacudan esa languidez, mejorará en fuerza expresiva. Acabó su actuación acompañando a Lucía Guarnido en su segundo baile con la “Milonga Triste” de Piana y Manzi.

Una versión mucho más académica, quizás porque era con la que había ensayado el baile Lucía, que quedó muy bonita y que la gente aplaudió a rabiar. Por cierto, cada vez me gusta más la letra profundamente triste de esta milonga.

“cerraste tus ojos negros
se volvió tu cara blanca
y llevamos tu silencio
al sonar de las campanas”

Bueno, intermedio. Salimos a la calle. Cañita con su correspondiente tapa granadina y vuelta al teatro.

La segunda parte de la función recayó en la cantante Cecilia Bonardi y su grupo Pulso Ciudadano, un cuarteto de guitarra, bajo, percusión y piano-bandoneón. Nunca los había oído, pero venían con el aval de ser el grupo patrocinado por, ATENCION AL DATO, la “Dirección General de Asuntos Culturales del ministerio de relaciones culturales, Comercio internacional y Culto”. Alguien dijo alguna vez que la importancia de un cargo era inversamente proporcional a la longitud del nombre que tenía.
El inicio de la actuación (o “propuesta”, como se empeñaba en decir la sosa de la presentadora) me alarmó. Tocaron el tango “Afiches” de Expósito y Stampone, tango de desgarradora soledad

“luego, la verdad,
que es restregarse con arena el paladar
y ahogarse sin poder gritar.
Yo te di un hogar, fue culpa del amor,
dan ganas de balearse en un rincón”

Esta y otras estrofas por el estilo no pueden ser acompañadas por el sonido de ese instrumento de percusión compuesto de muchos tubitos de metal colgados de un marco y que consiguen un sonido celestial. Sólo en las grabaciones de Piazzolla de sus propias composiciones acompañado por el vibrófono de ... había oído algo tan semejantemente antagónico. Aún sin recuperarme de esa impresión parecida a comerme una merluza rellena de morcilla de Burgos, la Bonari nos sorprende con una versión de “Siempre se vuelve a Buenos Aires” que podríamos definir como “deconstruida”. Al igual que la famosa tortilla de patatas deconstruida y servida en copa de vermut obra de nuestro Ferrán Adriá, sabías que estabas oyendo la canción anunciada porque reconocías la letra de Eladia Blázquez por aquí, la música de Ástor por allí...en fin, estaba empezando a pensar que había sido un error no seguir de cervezas cuando, afortunadamente, volvió la cordura. Se retomó el orden con una bonita versión del tango de los Expósitos “Chau, no va más”, tango extrañamente poco habitual con una letra llena de agónica esperanza,

“se que es duro matar
por la espalda al amor
sin tener otra piel
donde ir...
pero, mira, la vida está en flor
tenés que seguir...”

y acabó con la aún menos frecuente “Ciudades”, de Ferrer y Piazolla, una fábula futurista de esas que tanto le gustan a Zuppi, y de la que yo sólo conocía una versión cantada por Amelita Balzar.
Y se acabó. El concierto fue corto, regalaron solo un bis y nos dejaron con la sensación de irnos a casa cuando empezaba lo mejor, aunque en su defensa debo decir que Cecilia cantaba al día siguiente y que su grupo tocaba en la milonga de Bib-Ramba del día siguiente y también en el trasnoche del sábado en el Monasterio de los Basilios.

Acabamos a las once y media , fuimos a tomar unas migas en la calle Navas, donde ya se respiraba la inminente Semana Santa, y pensé que no conozco ningún tango sobre ese tema ni, en general, pocos o ninguno de temática religiosa ni navideña (lo que me reafirma en la nula relación tango-flamenco), y eso que tengo pendiente una entrada “Tango e Iglesia”.
Con las fuerzas repuestas, acudimos al trasnoche de Los Basilios, donde no nos pudimos colar como el año pasado. Había una orquesta tocando que se alternaba con música enlatada, y mucha gente bailando. Me asombra, y ya lo dije el año pasado, el nivel de la gente anónima que baila en Granada y que no tiene nada que envidiar a cualquiera de las milongas bonaerenses que yo conozco. Tanto es así que, después de comentar largamente la noche con la Bonardi, con Mirta Álvarez y con los bailarines de cursi nombre (todos muy atentos, lo reconozco), nos decidimos a invadir la pista para hacer el ridículo y ser el hazmerreír, lo se, de casi todo el mundo (si, Mirta, que con el rabillo del ojo te veía partirte de risa). ¿Y por qué digo de casi todos y no de todos?

“Todos, todos me miran mal,
Salvo los ciegos, es natural”

La juerga acabó a las cinco de la madrugada y nos fuimos al hotel, afortunadamente cercano. Nos recogimos (nunca mejor dicho) y nos dormimos, que al día siguiente nos esperaba una dura jornada.
El GARDELIN DE ORO de hoy es algo especial, porque sólo me queda un capítulo del fenomenal libro de la porpietaria del blog, y lo he dejado para ñla segunda parte de esta entrada. Así es que propongo un ejercicio distinto. A ver quién me lo resuelve:
"...y arrodillado en mi Río de La Plata lindo y sucio
me amasaré otro incansable corazón de barro y sal..."
Esta fué una de las canciones que cantó la Bonardi, y muy bien por cierto.
Un abrazo a mis fieles. GAVION

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