14 de abril de 2008

Geografia tanguera XI- Tango y bandoneón 1

En la creación del tango el principio fue la flauta. Se completó el terceto con violín y guitarra, y vieron los dioses que aquello era bueno. Al día siguiente fue el arpa y la mandolina. Después el dentudo piano, que llegó y se quedó. Y vieron los dioses que ni arpa, ni flauta ni mandolina. El sábado llegó el bandoneón y con él el tango empezó a crecer. Tercetos, cuartetos criollos, sextetos y finalmente orquestas típicas. Y fue una suerte, porque los dioses pudieron irse el domingo de asado campero, y por la tarde al Nacional.


Muchos instrumentos han participado en la vida del tango, pero ninguno está tan profundamente unido a él como el BANDONEON. La guitarra, el violín, el piano o el contrabajo llevan tanto o más tiempo que nuestro protagonista iluminando a la música popular rioplatense, pero el bandoneón tiene una característica que no tienen los demás: no hubo bandoneón ANTES del tango, y no hay bandoneón FUERA del tango. El tango nació esperando al bandoneón y con él alcanza aquello a lo que estaba destinado, lo que “era antes de ser” lo que podríamos llamar la QUIDDITAS del tango. Nunca un instrumento se convirtió en algo tan distinto a la idea que tenía el inventor de lo que quería conseguir. El bandoneón, instrumento creado en Alemania, no fue tal hasta que los músicos rioplatenses lo conocieron, y no lo ha sido después en ninguna otra parte. Los argentinos, tan dados a la sinecdoque, llaman fuelle al bandoneón, no tocan el instrumento sino que lo muñequean, y no lo hacen sonar sino que lo hacen gemir hasta conseguir de él todo el caudal comunicativo que no tenía en su Sajonia natal:

“ el duende de tu son, che bandoneón
Se apiada del dolor de los demás”

Alrededor de 1840, HEINRICH BAND crea el bandolium (ingenioso el nombre). La idea es tener un instrumento barato y de poco peso para las fiestas de los campesinos bávaros y para suplantar al costos órgano en las iglesias. No parece que tuviera mucho éxito, de hecho no logró sustituir al más alegre acordeón en las kermeses de rubias valkirias e ignoro cuál fue su camino en lo religioso.
El único fabricante de esta rareza se estableció en CARLSFELD, en la baja sajonia, y se llamaba ALFRED ARNOLD. Fabricaba artesanalmente los instrumentos y grababa sus iniciales en ellos por lo que se les conocía por “doble A”. Viendo que no se comia una rosca en su Alemania y que, sin embargo, recibía encargos desde la otra parte del mundo escribió en ellos “el único instrumento apropiado para interpretar el tango argentino”. Aunque me da a mí que, rodeado de colinas con pequeñas capillas barrocas, el tipo no supiera lo que era el tango ni dónde puñetas estaba la Argentina. Cuando su hijo se hizo cargo de la empresa, la convirtió en una fábrica en cadena con destino al Rio de la Plata, y lo grabado en el instrumento cambió a “A.A.Gmb H” (A.A. Gesellschaft mit beschränkter Haftung) que ya hay que ser rarito para que eso signifique “sociedad limitada”. Así es que, en un claro ejercicio de cordura, se les siguió llamando doble A. Mas tarde, la historia de tantas empresas: el nieto cerró la fábrica y se fundió el dinero en salchichas. Y aunque Bukyo-ku los siguió fabricando en Japón (mira que está lejos Japón) , los Premier se fabricaban en Berlín, y algún que otro fabricante existiera, los “doble A” siguen siendo los mas buscados, los stradivarius del fuelle.

No se sabe muy bien como llegaron a Argentina aunque hay relatos bonitos sobre ello como "LA LLEGADA" de Constantini. Pero todos coinciden en que fue un marinero alemán o inglés que lo dejó de prenda en alguna taberna portuaria para poder pagarse la ginebra, y allí, pequeñito, con sus teclas aún de leche lo descubrieron para su bien. Esto puede ser más o menos leyenda, pero lo que si parece cierto es que durante la guerra de la Triple Alianza ya se oían sus gemidos, aún primigenios, en algunas tiendas de campaña. Llegó a Buenos Aires a manos de mulatos (El pardo Sebastián, José Santacruz) y se fue acercando al tango. Y fue uno más hasta la irrupción de Pedro Mafia que lo dignificó. Mas tarde, junto a su discípulo Pedro Laurenz en la orquesta de Julio De Caro, allá por los años 20, pusieron las bases de la evolución del tango de la vieja a la nueva guardia.
Próximamente publicaré la segunda parte de "Tango y bandoneón" , y para fomentear su lectura , así como para premiar a todo aquel que hasta aquí llegara, ahí va un regalo.El afamado concurso " El Gardelín de oro" propone un acertijo que no serán capae s únicamente de acertarlo los amantes del tango, sino toda clase de tropa( según palabras del Padrecito) que tenga los grandes éxitos del año 1972. En el capítulo III del estupendo y nunca bien ponderado libro de la propietaria del blog se puede leer como encabezamiento del mismo:
"...con el verde de tus pastos
y el temblor de las estrellas..."
sólo diré que este fué uno de los primeros tangos que yo oí allá por principio de los setenta en una versión de Palito Ortega que no se cómo vino a parar a casa de mis padres. Tambien que es probablemente el tango mas versionado, y uno de los mas feos nunca compuesto. En fin, el que lo acierte tiene puntuación doble, mal que me pese. Para purgar mi culpa de la llamada al populismo, el próximo acertijo será francamente complicado. Lo prometo.
Un abrazo a tod@s (si no lo pongo así me enchirona ZP).
GAVION

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola, cómo les va? no sé cual será el premio pero creo que se trata de" Adios pampa mía", una alegría recibir tu mail y poder finalmente conocer el portal de " la vidriera irrespetuosa " que no lo es tanto porque se ve que todo tema está tratado con gran pulcritud y muy documentado, por lo que felicito a la propietaria del blog y a su consorte.

Anónimo dijo...

Efectivamente; Música de Francisco Canaro y Mariano Mores, Letra de Ivo Pelay.
Espero con impaciencia Tango y Bandoneón II.
"...Tu canto es el amor que no se dio
y el cielo que soñamos una vez..."
Un abrazo , Piazzollina.

Anónimo dijo...

¡Ah, curioso! yo siempre pensé que el bandoneón había sido el acordeón pobre de los gauchos...¡qué cosas!