20 de octubre de 2009

OTOÑO DE CONVALECENCIA (I). ANTIABORTISMO


Por hacer cosas inadecuadas a mi edad, me veo como el Lute en “Camina o revienta”. Así que voy a procurar no perder el tiempo miserablemente y adelantar algunas cuestiones pendientes. Entre otras, publicar cosas que quería escribir en el blog.

Lo primero, lo importante. No pude estar en la manifestación provida del día 17 por mi accidente, y bien que lo lamenté.

Ya he expresado mi opinión sobre el aborto, pero me parece conveniente añadir nuevas matizaciones.

Me da mucha rabia que se asocie la posición antiabortista a posturas ideológicas y, sobre todo, religiosas, cuando me resulta simplemente una cuestión biológica (¿en qué momento empieza la vida humana?) y filosófica (¿es respetable la vida humana en toda circunstancia?).

Hoy hablaba con pollito sobre el asunto y me daba dos claves de la cuestión. Una: ella piensa que es inútil enseñar ecografías o modelos de fetos de catorce semanas a los abortistas. El razonamiento de las Aídos no es “como no es un ser humano, puede abortarse”, sino “como debe poder abortarse, eso no puede ser un ser humano”. Dicho sea de paso, yo no estoy muy de acuerdo en esa estrategia “sentimental”: cuando algo es humano, es humano, aunque parezca un gusano. Se abortan fetos y embriones y no bebés. Se defiende la vida del embrión aunque no tenga ojos o no sonría. No puede asociarse el derecho a la vida a ser “mono”. A ver si va a tener menos derecho a la vida el Fary que Brad Pitt.

Dos: Según me dijo, oyó unas declaraciones del representante de las clínicas abortistas “El aborto libre es imprescindible para la sexualidad libre”. Siempre había creído que la libertad incluía la responsabilidad por las propias acciones, pero se ve que ya no es así. La gente es capaz de ver bueno todo aquello que le conviene. Otra reflexión, a este hilo: tampoco me parece bien apoyar la estrategia antiabortista en que las clínicas hacen negocio. Hacer negocio no es malo. Es malo abortar.

En fin, podría seguir mucho más, hablando de la hipocresía de apoyar las asociaciones de enfermos y discapacitados pero luego considerarlos personas con menos derecho a nacer (incluyendo el presentar la selección genética como algo estupendo cuando no es ni más ni menos que elegir entre varios hijos por su salud o, peor, por su compatibilidad con un hermano ya nacido que se convierte en patrón (involuntario) de la idoneidad de sus hermanos para ser dignos de vivir...) o la de considerar el sexo algo deseable y fomentable desde edades bien tempranas y luego escandalizarse de que crezcan los embarazos adolescentes, las enfermedades de transmisión sexual, la prostitución infantil y la pederastia.

Una vez hablando con un amigo del diferente tratamiento que daba el gobierno al tema del tabaco y al del sexo, me decía: “es que fumar es malo y follar es bueno”.

"Pues yo preferiría que mi hija de trece años fumara a que follara ¿y tú?”

3 comentarios:

vil.lingüismo dijo...

¡Qué tiempos aquellos en los que veías una foto de un delincuente y no era un político!
¡El Rockefeller Center! ¡Qué buen lugar para lesionarse!
Con respecto a tu entrada, y puesto que la tropelía está más que consumada, al menos que a las transacciones económicas que se realicen en las clínicas de salud psico-sexual les apliquen un impuesto que nos permita salir de la crisis. No se, por decir alguna bobada.
Que te repongas pronto.

posodo dijo...

No sabía que te hubieras accidentado. Sí te echaba en falta en la red, pero no me imaginaba que fuera por esto. Ánimo y que te recuperes pronto.
Sobre el planteamiento de la nueva "ley", ya anuncian que el gobierno "cede": y es que... está negociando lo de las niñas de 16 años.
Es decir, han conseguido desviar la atención sobre lo importante: considerarlo como un derecho.
Es decir, llevan camino de ganar... si no lo han hecho ya.
(Eso sí, eficazmente ayudados por la actual dirección asistente del PP)
Ánimo de nuevo.

Zuppi dijo...

Gracias a ambos por vuestros ánimos.
Pues sí, lo de las niñas de 16 años es la anécdota para desviar la atención y para usarlo como punto de negociación.
Yo prefiero ni entrar en ello...