10 de diciembre de 2009

GEOGRAFIA TANGUERA- TANGO Y GARDEL PORNOGRAFIA SENTIMENTAL II



Es este un blog de literatura, tango y libre comercio, en el que yo, Gavión, escribo sobre tangos y Zuppi sobre todo lo importante. Por ello debería alegrarme por ser dos entradas :“Tango y burdel” y “Tango y Gardel, pornografía sentimental” las más solicitadas, con diferencia, de todas las publicadas hasta ahora. Sin embargo me barrunto que no es la palabra TANGO la causante de que se hayan encaramado en lo alto del Olimpo, porque hay exactamente otras 32 entradas que tambien la contienen en su título y miran envidiosas desde el suelo a estas dos que copan el tope del marcador. Así pues, rendido a la evidencia y aceptando que la mayoría siempre tiene razón, excepto cuando reclama un chiringuito en la orilla de la playa para marcarse unas cervezas, prometo un regalo al final de esta entrada que a buen seguro será del agrado de mis selectos lectores.

Seguimos con la entrada; atención gilada, campana de largada.

Lo dicho, la década de los 20 fue la de la consagración del tango, y Gardel ayudó como el que mas. Viajó incansablemente a Europa y frecuentó ambientes culturales y artísticos (que no es lo mismo) ayudado por la fascinación a lo argentino que existía en Europa en esas épocas. Estuvo en España tres o cuatro veces e incluso llegó a grabar en Barcelona, si bien muchos de esos temas los volvió a regrabar en Buenos Aires. Triunfó en los Campos Eliseos, en la meca parisina, el Florida, ya mediados los 20 desde su primera canción:

Esa colombina puso en sus ojeras

humo de la hoguera de su corazón


fueron los primeros versos que salieron de la garganta de Gardel en la ciudad de las luces (y a los que estén interesados en el recorrido parisino del tango, les remito a GEOGRAFIA TANGUERA-EL TANGO EN PARIS escrito en este mismo blog)

Ese mismo día de su presentación en París cantó como segundo tema un delicioso FOX-TROT compuesto por su guitarrista uruguayo, recién adquirido, José María Aguilar. A quienes consideren que Gardel y la historia del tango son aburridos, les recomiendo que vean este video:

Siempre acompañado por guitarras: Barbieri, Aguilar, Riverol, Pettorossi, Vivan... se movía en las esferas de la intelectualidad como pez en el agua. Amigo de Benavente o Rosinyol, de Chevalier y de Chaplin, de Samitier o del guardameta Húngaro Platko y del mismo modo anfitrión cuandopersonalidades viajaban a Buenos Aires como Pirandello. Gardel se reunía con “el gran urdidor del grotesco” en el Tortoni, como demuestran algunas de las fotos que cuelgan de la pared en ese histórico café bonaerense. Jugador amante del escolaso, en el tapete o en el hipódromo, del faso y el café, de los autos y los caballos y, aparentemente, poco de las mujeres. Amigo de sus amigos y aficionado a rebautizar a sus colaboradortes, José Ricardo “EL NEGRO” (o de color como se diría ahora), Barbieri “EL BARBA”, Riverol “EL FLACO” o Razzano “EL TURRO”, desafinaba a propósito para que sus músicos no lo creyeran perfecto según nos cuenta Borges. Con una mente preclara para el negocio del espectáculo, adivinó el potencial del cine y a finales de los años 20 inició una carrera cinematográfica meteórica en una época en que su colaboración con Lepera le proporcionó una fecundidad creativa inmensa. Durante estos últimos años, del 25 al 30, había viajado mucho, había actuado mucho, y había perdido mucho dineral al parecer por las ruinosas inversiones que Razzano hacía de las ganancias del artista. Sobre este particular hay quien opina que no fue tan mal gestor, y que los malentendidos o las maladicencias obraron la ruptura. Yo creo que algo de envidia insana debía de haber en Razzano, viendo como la carrera artística de Gardel avanzaba más velozmente cuanto menos tenía que tirar del lastre del “Oriental”, de hecho es famosa la frase que en cierta ocasión comentó: “sí, el pibe lleva la fama, pero yo manejo la guita”.

Esos años de vino y rosas no coincidieron con una etapa creativa de Gardel, quien ocupado de otros menesteres se olvidó de componer, pero en el cambio de década se produjo la alineación de astros que supone el encuentro cósmico más importante en la historia del tango. Gardel y Lepera se conocen. Todo lo referente a este encuentro está escrito en una entada anterior, “Tango y París”, y no voy a volver sobre ella, pero el hecho es que entre los años 30 y 35 se componen

los temas cumbre de la historia del tango a nivel popular. Son pocos, apenas una treintena, con letras de Lepera y para sus películas. Moderado el tufillo porteño, con el lunfardo guardado en un cajón y con aires más internacionales, nadie hay en el orbe que no sepa tararear “Volver”, “El día que me quieras” o“Mi Buenos Aires querido”.

Este cambio había empezado a producirse en Gardel a partir de año 30. En esa época se produce en la Argentina el golpe de estado del General Uriburu, uno más de la larga serie de oprobiosos hechos anticonstitucionales que jalonan la Argentina del siglo XX y que siguen hoy en día produciéndose de forma aún más peligrosa por estar revestidos de legalidad aunque harto discutible. Graba el tema “Viva la Patria” y se marcha avergonzado y con la sensación de empezar a ser poco querido. Ya nunca más volverá a Buenos Aires más que a pasar temporadas y para grabar nuevos temas, pero se convertirá en ciudadano de París y de Nueva York. Buenos Aires, Madrid, París y Nueva York ¿alguien duda sobre la realidad del tango como fenómeno urbano?

Bueno, como decía, el año 31 conoce a Lepera y son seis películas, seis, las que suponen el núcleo duro del universo Gardeliano. Dos rodadas en Francia: “Luces de Buenos Aires” y “Melodíasde arrabal”, y cuatro en Nueva York: “Cuesta abajo”, ”El tango en Broadway”, ”El día que me quieras” y la última que rodó, “Tango bar” y que tiene el honor, junto con la grabación del tema “Guitarra mía” de ser sus últimos registros. Además de estas rodó alguna más, en total once joyas y ninguna con más valor que su presencia.

El año 33 en su última estancia en Buenos Aires, rompe con Razzano y encarga a su amigo Delfino la dirección de sus negocios. En esa época, firma un contrato suculento con la Paramount y abandona por última vez Buenos Aires. De forma premonitoria redacta su testamento que lo fecha un 7 de noviembre del 1933, al día siguiente embarca hacia Nueva York. Solo volvería hecho ceniza para recorrer en hombros de sus conciudadanos los casi cinco mil números de la calla Corrientesque separan el Luna Park del cementerio de la Chacarita.

En 1934 se produce otro de esos hechos que se convierten en cuentas del exitoso rosario del tango de los años 30.Terig Tucci, arreglador y director artístico de Gardel en las películas que este protagonizara en Long Island para

la Paramount, le presenta a un joven, hijo de Vicente Piazzolla, bandoneonista y a la postre alumno suyo. El joven Astor conoce a Gardel y éste le ofrece un papel de “canillita” en la película “El día que me quieras”. 44 años más tarde, Astor convertido ya en el mayor fenómeno de la historia del tango, se lo agradece en una emotiva carta de fácil acceso en Internet ya que no tiene derechos de autor. En su póstuma gira a tierras caribeñas, Gardel quiso llevarse al joven Astor, pero sus padres (los de Astor) no lo permitieron por ser demasiado joven. Los amantes del tango nunca agradeceremos a Vicente Piazzolla lo bastante esa decisión.

Un año y medio, cuatro películas y varios programas radiofónicos después, inicia Gardel una gira de la que ya no volvería. Poco después de rodar el folletín “Tango bar” donde estrena e interpreta como no se ha hecho nunca el tango “Por una cabeza”, le esperan Centroamérica, las Antillas, Venezuela y Colombia. Éxito tras éxito , termina su actuación del 23 de junio en Bogotá cantando el tango de Gardel y Romero que grabó en “Luces de Buenos Aires” con la orquesta de Canaro “Tomo y obligo”. Fue el último. El día siguiente, 24 de Junio de 1935 está grabado a fuego, y nunca mejor dicho, en la historia del Tango, de Argentina y del mundo. Un avión FORD 31 de la compañía colombiana SACO inicia el vuelo desde Bogotá hacia Cali. Entre el pasaje Gardel, Lepera, sus cuatro guitarristas, su profesor de inglés, su secretario,

su masajista y otras personas ajenas hasta un total de 20. El avión hace escala en Medellín para repostar, y a las 15.15 el F31 no puede levantar el vuelo en la carrera de despegue y embiste a otro apareto de la compañía tambien colombiana SCADTA provocando una explosión y un pavoroso incendio del que tan solo sobreviven 5 pasajeros. Entre ellos José Plaja que era su profesor de inglés, y dos de sus guitarristas, Riverol y Aguilar, aunque el primero moriría dos días después a causa de las quemaduras.

A partir de aquí, el mito en un país tan dado a ello:

Poco importa si era o no el gigoló de la Baronesa Wakefield y le salían gratis los cigarrillos Chesterfield.

Poco importa que fuera o no hijo natural de Bertha

Poco importa que fuera novio o no de Isabel del Valle, que se beneficiara o no a la Maizani o que quede en el aire su filiación sexual.

Poco importa que no lo reconociera su supuesto padre, Paul Lasserre, empresario casado y con dos hijos.

Poco importa que sea verdad o mentira la historia del tiroteo en el interior del avión, del atentado de un rival artístico o de la disputa de honor entre las dos compañías aéraes rivales.

Poco importan las voces que juran que Gardel sobrevivió al fuego y ocupa las tardes tomando Dry Martini con Elvis mientras contemplan en Menphis cómo se oculta el sol tras el horizonte.

Poco importa, o mucho, porque no hay mito sin magia, como no hay tango sin mito.

Hoy, dia 11 de diciembre, día mundial del tango,un abrazo a mis incondicionales y que Dios salve a nuestra música, que le va a hacer falta después de lo de la UNESCO, y AQUÍ está lo prometido.

GAVION

1 comentario:

Lucio Arce dijo...

Muy bueno Gavión. Es cierto que Razzano no era un buen administrador. Gardel también perdió mucha plata comprando caballos de carrera que nunca ganaron nada. Lunático fue el único que le dio alguna alegría, por eso lo nombre a final de Leguizamo solo. Abrazo!