
Firpo, Greco, Canaro, Fresedo, De Caro, di Sarli,Piazzolla, Troilo, D'arienzo, Caló, Maderna, Pugliese, Francini, Pointier, De Angelis, Gobbi, Mores, Salgán... en el tango como en el cerdo, y justo lo contrario que en este gobierno, todo es bueno.
El pianista Di Sarli es continuador de esa linea bailable, amable, de orquesta milonguera que inició Fresedo. Con el peso de la función sobre la linea de violines y unos bandoneones algo retirados, y eso que contaba con excelentes fuelleros como Leopoldo Federico. El director creó un estilo p

También en esta linea se encontraba la orquesta de De Angelis. Fué esta orquesta ejemplo de simpleza y popularidad. Estéticamente heredera de las Big Bands americanas en la posición de los instrumentos, en los atriles... y con un dúo de cantantes, Dante-Martel, sobre los que se apoyaba su éxito. Música fácil para demostrar lo difícil que es hacerlo bien, no como otros que demuestran día tras día los esfuerzos que les cuesta hacer las cosas mal. Esta orquesta era llamada “la calesita” lo que da una idea de lo cercana que la sentía el pueblo.
Otra línea más innovodora, más creativa, es la que abriera Julio de Caro. El continuador de esta linea es Osvaldo Pugliese. En diciembre de 1902 nace Osvaldo Pedro Pugliese en una familia aficionada a la música. Su padre era zapatero ( como el de las góticas) además de flautista, dos ocupaciones que siempre han ido de la mano. Sus hermanos violinistas y él, por incordiar, pianista. Con 15 añitos, cuando afortunadamente la escolarización no era obligatoria, se inicia profesionalmente en el Café de la chancha, así conocido por la mugre que atesoraba casi desde que Juan de Garay redescubriera aquellas tierras. Acompañó a Francisca Bernardo, la primera mujer( al menos eso dicen) bandoneonista de la que se tiene noticia

Este estilo tanguero lo transitó también, y lo llevó a sus más altas cotas la figura cumbre, a mi modo de ver, de la historia del tango, Astor Piazzolla. Ya se que este es un tema controvertido, algo parecido a la discusión del sexo de los ángeles , a si es mejor Elvis o Los Beatles o a si preferimos la tetolatría sajona a la culolatría latina. Pero el tiempo lo pone todo en su lugar, y después del terremoto que supuso la revolución Piazzolliana empieza a aceptarse como un hecho la superioridad de su obra. Y esa aceptación es mucho mayor, yo diría que total, entre los profesionales del tango. No voy a contar nada de Piazzolla ahora, porque tengo otra entrada a medio acabar sobre el genio y amenazo con publicarla próximamente. Pugliese que comentaba que Piazzolla tenía que bajar el listón porque les obligaba a todos los demás a estudiar.
Piazzolla


Aún podíamos hablar de otra corriente dentro de las orquestaciones de los cuarente y cincuenta. Es la linea que abrió Canaro, y cuyo principal continuador es Mariano Mores.Mores es, porque aún vive, un tío listo, buen músico y que se sabe sacar provecho, en fin, todo espectáculo. En 1937 , por mediación de Sciamarella para quien compuso “Amor, dinero y salud” (increíble ¿verdad?) conoce a Ivo Pelay, y este lo enchufa en la orquesta, bueno, en una de ellas, de Francisco Canaro, con quien comparte la visión del negocio. Con la lección bien aprendida forma orquesta propia. Mores, compositor de temas como Uno, Gricel o Cafetín de Buenos Aires, eleva el número de componentes de la orquesta y le añade instrumentos y timbres nuevos dentro de un concepto de orquesta espectáculo con luces, bailarines y todo lo que haga del tango un show con él de maestro de ceremonias.Si alguien de mis lectores ha tenido la ocasión de ver el montaje del espectáculo “Tanguera” entenderá de lo que hablo. Compuso sus mejores temas con letras de Jose María Contursi(“Cristal”, “Gricel”, o “En esta tarde gris”) y de Discépolo (“Cafetín de Buenos Aires” o “Uno”). Discépolo decía de él:”Pibe, a partir de ahora ya no escribo mis músicas, para eso estás vos”.Yo tuve la suerte de ver junto con mi viejo un espectáculo inaugural del festival mundial de hace unos años en la bonaerense rosaleda de Palermo y puedo decir que esto era así. Espectáculo puro y eso que el maestro empezaba a estar algo momificado. Y no me extraña, teniendo en cuenta que empezó con su orquesta, la “Orquesta lírica popular” a finales de los cuarenta, aunque por su excesiva simpatía peronista fué castigado en algunas ocasiones.
A mediados de los 50' se agota el modelo y aunque no desaparecen las orquestas estas reducen mucho el número de musicantes. Horacio Salgán o Piazzolla mantienen orquestas antes de entrar en las oscuras décadas de los 60'y 70', pero ya no será lo mismo. La suerte de las grandes orquestas estaba echada y, aunque actualmente hay un resurgimiento de orquestas de corte clásico e incluso de cantantes con orquesta como en los últimos trabajos de Guillermo Fernández o de Ariel Ardit, la época de oro terminó junto con ellas.
Ahora una reseña que le debo a una cantante de la que ya he hablado alguna vez: Cecilia Bonardi, a quien tuve la ocasión de volver a oir en el festival de tango de Torrejón de Ardoz. Me recriminó, amistosamente, que me metiera con la interpretación de un par de temas que cantó en el pasado festival de Granada. Oido, pero los otros ocho o diez los alabé, como también lo hago con la actuación de Torrejón. En cualquier caso, Cecilia, nos vemos el mes que viene en Buenos Aires como ya quedamos el otro día.
Un abrazo a mis incondicionales. GAVION.